Futuro anarcofeminista

Babelia, El País

Laura Fernández

Hay deseo y esperanza en cada línea, certera e incómoda, de Piercy, y es un deseo poderoso, que ha viajado intacto desde los setenta hasta nuestro presente, aún fosilizado en ese pasado que describe entonces como su propio presente, por lo que, al margen de las inevitables meteduras de pata de toda obra que juega con las posibilidades del futuro a medida que pasa el tiempo —se habla, por ejemplo, de cómo el ser humano pudo controlar la meteorología en los noventa, con nefastos resultados, algo que no ha ocurrido, pero de cuyos nefastos resultados no debe dudarse en el caso de haberlo hecho—, Mujer al borde del tiempo tiene hoy la misma fuerza que hace 40 años. Confrontarla al presente nos permite ver en qué hemos avanzado y lo mucho que aún queda por hacer. Lo creamos o no, Connie somos aún todos.